El extraordinario crecimiento económico que experimentó el
país, la modernización urbana, el saneamiento de las finanzas públicas y la
estabilidad la política fueron algunos de los logros más importantes del
Porfiriato. Después de más de medio siglo de estancamiento económico y
aislamiento comercial, México se insertó de lleno en la economía mundial
ocupando un lugar clave, aunque de manera
dependiente, dentro del desarrollo del capitalismo. Como resultado
directo del pronunciado crecimiento económico, irrumpieron destacados centros
urbanos y fabriles: Torreón y Aguascalientes se convirtieron en importantes
centros de distribución ferroviaria, Monterrey
y Orizaba se consolidaron como ciudades industriales, Mérida creció significativamente
con la exportación de henequén y chihuahua con la venta de ganado.
Sin embargo, en no pocos casos, para los peones de las
haciendas, los jornaleros del campo, los mineros y los obreros fabriles, es
decir, para la clase trabajadora, la paz social y la estabilidad política de que tanto se vanagloria el
régimen significaron arbitrariedades, explotación, sometimiento y represión,
particularmente cuando daban alguna señal de protesta o rebeldía. Tales
injusticias, permitidas y solapadas
generalmente por los prefectos políticos que eran autoridades locales,
conformaron lo que se conoce como “la leyenda negra” del Porfiriato y
constituye uno de los lados oscuros.
Lo que para los hombres del régimen era motivo de orgullo,
para un sector ilustrado de la clase media era motivo de crítica e indignación.
La prensa volvió a sus fueros y un sector de jóvenes periodistas acusó a
Porfirio Díaz de extranjerismo desmesurado, de vender la patria a los
extranjeros, de mantener a la población sumida en la pobreza y, sobre todo,
denunciaron la falta de libertad política.
En medio de grandes tensiones y conflictos llegó 1910, un
año de grandes sorpresas para los mexicanos de entonces: apareció el cometa
Halley, se realizó la convención de los clubes antirreleccionista, con bombo y
platillo el régimen festejó el primer centenario de la Independencia de México,
se consumó la séptima reelección de Porfirio Díaz para presidente de la
República y, como resultado de esto último, inició un movimiento revolucionario
de largo alcance, en el mes de
noviembre, que obligaría al anciano presidente a dimitir del cargo e irse
de México. Por ello es un año clave en
la historia nacional.
Me pareció excelente, pero mm les falto mas información.
ResponderEliminarMe super mega gusto, la verdad les quedo super bien el blog
ResponderEliminarEsta bien , aunque me parece algo obscuro,,, ;)
ResponderEliminarHERNANDEZ CRUZ ANGEL DE JESUS
ResponderEliminarme parecio que su blog esta muy bien y muy completa su informacion (y)